La hipótesis que presentan los autores, está respaldada por un estudio realizado posteriormente, donde se observó que el almidón resistente conducía a una menor síntesis de glucógeno que otras fuentes de carbohidrato (glucosa, un polímero de glucosa como la maltodextrina y la amilopectina) en las 24 h posteriores a un ejercicio de depleción de glucógeno (7). Además, se ha observado que se necesita un mínimo de insulina para el almacenamiento de glucógeno muscular tras las primeras ∽1-2 horas de finalizar el ejercicio donde la resíntesis se produce independientemente de las concentraciones de insulina (8), pero ante iguales concentraciones de glucosa en sangre, las variaciones en las concentraciones de insulina en rango fisiológico por encima de un valor mínimo no conducen a un aumento en la síntesis de glucógeno en el músculo (9). Sin embargo, al aumentar la glucosa y la insulina en rangos suprafisiológicos (los cuales no se alcanzan con la alimentación diaria) si se produce un aumento drástico en la acumulación de glucógeno en un corto período de tiempo (10).
Dos estudios previos habían evaluado la realización de una carga de carbohidratos comparando dietas con un alto aporte de CHO simples o CHO complejos. En uno de estos estudios se encontró un incremento similar en las concentraciones de glucógeno en las primeras 24 h con ambas dietas y una mayor acumulación de glucógeno con CHO complejos en las segundas 24 h de carga (11). En otro estudio se encontró un incremento superior en las concentraciones de glucógeno muscular tras tres días realizando una dieta altas en carbohidratos simples comparado con tres días de dieta alta en carbohidratos complejos (12).
Estos resultados pueden parecer contradictorios, pero hay que tener en cuenta que la clasificación de los carbohidratos en simples o complejos hace referencia a su estructura, pero no a su impacto en la glucemia, lo cual dificulta la interpretación de estos estudios. Por ejemplo, la fructosa es considerada un carbohidrato simple, pero tiene un bajo índice glucémico y los cereales all bran pueden considerarse fuente de carbohidratos complejos y tienen un moderado-bajo índice glucémico (13). Además, la respuesta glucémica de un alimento puede variar dependiendo del resto de alimentos y nutrientes en el plato (rara vez las personas consumen un solo alimento aislado), por lo que al final de esta entrada cuando haga una recomendación práctica sobre alimentos de alto índice glucémico no me estaré refiriendo al término científicamente correcto, sino a aquellos alimentos altos en carbohidratos, bajos en fibra y de fácil digestión, para evitar términos más complejos. Una última consideración es que en el estudio de Burke (6) no se tiene en cuenta la carga glucémica por cada alimento, la cual ajusta el índice glucémico de cada alimento aportado a la cantidad de carbohidratos consumida de ese alimento. Sin embargo, se evaluó la glucemia e insulinemia, por lo que al hacer conocer esta medición directa se evitan factores de confusión.
Por último, vamos a comentar un último estudio (14). En él se realizó una dieta con 50% CHO durante 3 días seguida de una carrera hasta la fatiga, y dos semanas después un grupo realizó una carga de carbohidratos con un 82% de los carbohidratos consumidos a partir de un suplemento de maltodextrina y sacarosa (654 gramos totales a partir del suplemento) y otro grupo realizó la carga de carbohidratos equiparando la cantidad de carbohidratos y energía total pero consumidos a partir de alimentos como pasta, arroz, corn flakes, etc.
Tras la realización ambos protocolos de carga de carbohidratos, no se encontraron diferencias significativas en las concentraciones de glucógeno muscular entre grupos, sin embargo, el incremento en las concentraciones de glucógeno fue de 187 mmol·kg DM en el grupo que utilizó el suplemento, y de 118 mmol·kg DM en el grupo que utilizó la pasta, es decir, el incremento fue un ~58% superior en el grupo que realizó la carga con el suplemento. Lo que hay que destacar, es que el tiempo hasta la fatiga incrementó al comparar las cargas de carbohidratos con la dieta con 50% de carbohidratos, pero no se observaron diferencias significativas en el tiempo hasta la fatiga entre las dos distintas cargas realizadas. Tras la intervención los corredores indicaron que la carga realizada con el suplemento de maltodextrina produjo menos molestias gastrointestinales, y que en caso de repetir la carga utilizarían el suplemento.
Otros estudios han evaluado el rendimiento o el tiempo hasta la fatiga tras dietas con alto o bajo índice glucémico sin evaluar el glucógeno muscular. En un estudio publicado en 2015 por Hamzah et al, (15) se realizaron 5 días con ingestas de ~7,4 g·kg y no se encontraron diferencias significativas entre grupos (alto IG y bajo IG) en el tiempo hasta la fatiga en una prueba de baja intensidad, al 65% VO2max. En otro estudio se encontró un incremento similar en el tiempo hasta la fatiga al pasar de una dieta con un aporte moderado de carbohidratos (4,6 g·kg) a una dieta alta en carbohidratos (7 – 7,5 g·kg) con un alto aporte de carbohidratos complejos o con un alto aporte de carbohidratos simples. La dieta alta en carbohidratos complejos produjo un incremento en el tiempo hasta la fatiga del 25,8% con respecto a la dieta moderada en carbohidratos, y la dieta alta en carbohidratos simples produjo un incremento del 22,8%. Sin embargo, no se realizaron comparaciones entre los grupos que realizaron carga de carbohidratos con ingestas de alto vs bajo índice glucémico (solo se comparó el incremento con respecto los valores de inicio) por lo que la interpretación es limitada (16). En un último estudio donde se evaluó el rendimiento comparando dos dietas con alta o baja carga glucémica durante una carga de carbohidratos (~10 g·kg), no se encontraron diferencias significativas en el tiempo en completar una prueba de 10 km tras realizar ambas dietas (aunque los tiempos en terminar la prueba fueron menores tras la dieta alta en carbohidratos con baja carga glucémica)(17). No profundizaremos en más detalles de este último estudio por la corta duración de la prueba.